lunes, 6 de febrero de 2012

Y la nieve llegó...

Toda la semana anunciando la famosa ola de frío. Yo el viernes por la tarde, empezaba a pensar que sería una de esas veces que los meteorólogos nos asustan y luego no pasa nada. Creía que no vería nieve como aquella vez de 2005, porque solo veía que nevaba en la Serra de Tramuntana y poco más. Fuimos a Bunyola a recoger a la hija de unos amigos que venía a pasar la noche a casa y pudimos ver que había nevado un poco por las zonas altas del pueblo.

Una vez en casa, cuando se hizo de noche empezaron a caer unos copos gigantes del cielo. Eran muy finos y planos y en seguida que llegaban al suelo, se deshacían. Como mucho, cuajaban en los tejados de las casetas de mi jardín. Pero a las 23:00 ya había parado. Así que pensé, que eso había sido todo y que no sería como en 2005.

Mi sorpresa fue cuando al despertarnos la mañana siguiente, estaba todo el jardín blanco. Me levanté de un salto super ilusionada, como un niño la mañana de Reyes que va ha descubrir sus regalos. Pero esta nevada no era como la de 2005, esta era muchísimo más fuerte.

Nuestro jardín el sábado 4 de febrero de 2012
Todos los árboles, verjas, casas, plantas, todo, estaba cubierto de nieve. Y todavía quedaba por nevar más. Cuando ya nos íbamos de casa empezó a nevar más fuerte, pero no como anoche, sino copos blancos y redonditos, perfectos. Creo que nunca había visto nevar así. Ni siquiera cuando fuimos a Andorra. No tuvimos la suerte de ver nevar tan fuerte. Esta nieve, a mí me parecía perfecta.

El parque de Dori
El parque dónde solemos pasear estaba más transitado que nunca. Muchísimas familias con sus hijos jugando con la nieve y haciendo muñecos. ¡Era increíble! Posiblemente, para muchos, era la primera vez que veían tanta nieve en Palma. Y como no podíamos ser menos, también nosotros hicimos nuestra batallas de nieve. A Dori la nieve le encanta. Yo creo que algo de Husky Siberiano sí que debe tener al final. Se puede revolcar lo que quiera por la nieve, que se queda seca.

Después nos dirigimos hacia Bunyola (teníamos que devolver a nuestra invitada de honor a su casa...). Al parecer por la carretera de Sóller no se podía llegar a Bunyola, así que nos fuimos por Santa María. La carretera estaba muy bien y no tuvimos ningún problema para llegar a Bunyola. Una vez allí se notaba que habían pasado la máquina quitanieves. Pero no estábamos seguros si habíamos llegado a Bunyola o a Siberia. Si en Palma nos había parecido que había mucha nieve.... no era nada en comparación con lo que había por aquí. Miraras dónde miraras estaba todo blanco.

Bunyola
Cuando volvimos a casa no podía dejar de hacer fotos a todo lo que tenía nieve. Me parecía tan bonito el paisaje nevado... En las noticias no hablaban de otra cosa. Un millón de imágenes de las zonas nevadas de Mallorca. Y dijeron que tardaría en repetirse unos 40 o 50 años más. ¡Toma ya! Y creo que no dijeron nada de que volvería a nevar esa noche. Así que nos fuimos a dormir, pensando en la suerte que habíamos tenido de ver tanta nieve en Palma.

05 febrero 2012
Y a la mañana siguiente............. ¡MÁS NIEVE AÚN! Si ya me había sorprendido el sábado, que tenía la ilusión de verlo, imagínate verlo dos días seguidos.

Ya no sabíamos dónde teníamos que ir. No lo habíamos programado. Al final nos fuimos hacía el Coll de Sóller con mi familia, pero la carretera estaba cortada y no nos dejaban subir. Así que, allí mismo. Si había nieve por todo. Batalla de bolas de nieve y muñequito para recordar ese día, que creo que muchos no olvidaremos nunca.



Al ver las fotos de las noticias de la Catedral de Mallorca, el Castell de Bellver, las playas nevadas... me dio un poco de envidia no haber podido ver en primera persona todo aquello. Pero no se puede estar en dos sitios a la vez. Y no me arrepiento de mis elecciones. ¿Quién sabe? A lo mejor lo podré ver en otro momento....

Carretera de Sóller

Es una lástima pero, que esta ola de frío que tanto nos ha divertido e ilusionado, a la mayoría, haya sido la misma que ha provocado tantos accidentes en Europa y tantas víctimas mortales. Es una sensación extraña... Por una lado me ha encantado ver nevar en mi isla querida; pero por otro, siento que haya sido tan cruel por Europa. Caprichos de la naturaleza, supongo.

Y si es verdad lo que dicen, que tardaremos 40 o 50 años en volver a ver algo así en Mallorca, habrá que cuidarse bien la salud. Me gustaría poder decir algún día a mis nietos "Está nevando como aquel febrero de 2012..."

¡Hasta la próxima!

No hay comentarios:

Publicar un comentario